¿Y POR QUÉ NO?

Hola! Os voy a contar una pequeña historia (espero no aburriros) de algo que me pasó ayer y que es prueba de que todavía hay personas buenas y de que aún hay gente dispuesta a ayudarse mutuamente aún en este mundo tan competitivo en cuanto a los negocios. Resulta que mi maridín por fin dijo: ¿Quieres que vayamos a Ikea el jueves? ¡Uy! Debe de tener fiebre. Así que no me lo pensé y le dije que sí. Yo solo quería una armario pequeño para poner al lado del que tengo en mi dormitorio y así que no salga la ropa disparada a presión cuando lo abro. ¡Es que ya no sé dónde y cómo guardarla! Pero Carlitos, que le encanta tirar tabiques y dejarme la casa empantanada, me dijo: ¿Por qué no te hago un armario empotrado en el pasillo? Buenoooo... pero solo si me prometes que me lo vas a terminar rápido que me veo sin tabique y sin armario. Vale. Así que cargamos todos los paquetes en el coche y... ¡se quedó monoplaza! Ahora ¿qué hacemos? Los dos en Murcia y solo uno cabía en el coche.

Llamé a Roma (arriba en la foto a mi lado). Ella y su madre, Casilda, han montado esta tienda en pleno centro de Murcia donde imparten talleres de todo tipo de labores, incluido el patchwork. Se llama "¿Y POR QUÉ NO?" y está en la C/ Aurora, nº 10. Este es el saloncito que han montado para hacer punto, ganchillo u otras labores que no necesitan mesa. Roma y su novio, Alejandro me recogieron y se quedaron conmigo hasta que Carlos fue a casa, dejó su coche todo cargado, cogió el mío y volvió a por mí.

Mientras, pude visitar su tienda que es una monada, bueno, con monada me quedo corta. Está decora con muchísimo gusto, como podéis ver. Arriba, el mostrador.
En las vitrinas del fondo tienen expuestos algunos artículos que ellas mismas confeccionan y que tienen a la venta, como gorros de lana, patuquitos y otras prendas de bebé.

Y esta es la zona dónde imparten los talleres. Los ovillos de lana amontonados en esa especie de estantería me encantaron.

Cuando salimos de la tienda, me hicieron una pequeña ruta turística por el centro de Murcia, que es muy bonito, y luego me llevaron a tomar unas cervecitas. Desde que tengo niña que he tenido muy pocas ocasiones de hacer algo así, así que lo pasé muy bien. Roma y Alejandro dejaron a un lado lo que tuvieran pensado hacer aquella noche para que yo no estuviera sola en una ciudad extraña y eso que hace muy poco que nos conocemos. Así que ¡muchísimas gracias a los dos! Ojalá todos los que nos dedicamos profesionalmente a este mundillo del patchwork fuésemos así, dispuestos a ayudarnos y a colaborar unos con otros. Lamentablemente, no siempre pasa. Pero yo he tenido la suerte de encontrar gente así y espero que haya muchos más.

Un beso muy grande a todos y que lo paséis bien.