Aquí lo tenéis, además he hecho dos o tres molinillos del borde. El próximo ya debe ser lo que falta del centro del quilt para hacer el plato drésden. No se, no tengo ni idea.
Y este otro dresden lo ha aplicado Consue, de Castalla, en este cojín que le ha hecho a su hija que vive fuera. Así, cuando se abrace al cojín, se acordará de su madre. Muy dulce ¿verdad?
Por detrás, hemos aprovechado todos los retales para hacer la trasera, ya que ninguno de los trozos daba la medida. Muy mono ¿a qué si?
En cuanto a mis planes ¡uf! llevó todo el fin de semana dándole vueltas. Cuando parece que se soluciona un problema, aparecen otros dos. Así no vamos. En fin, espero poder solucionarlos todos. Ya os contaré.
Un beso.
que mono te ha quedado, me encanta el cojin es una maravilla y muy coqueto¡¡¡
ResponderEliminarespero que se despejen los malos pensamientos y puedas resolver tus dudas¡¡¡
un besin